Vivo en Barcelona y me encanta. Vine a hacer un Erasmus y al igual que todos, me enamoré de la ciudad Condal. Durante esa época, vivía con mi ex, en un pisazo en el Eixample. Un pisazo que amueblé y decoré de arriba a abajo. Debo reconocer, que me superé a mi misma.
Tras la ruptura en la relación, necesitaba un cambio así que alquilé un barco en el puerto de Barcelona y sin saberlo, mi nueva residencia sería el punto de partida de una nueva aventura.
Aunque... ¿que mejoraría de vivir en un barco? La cantidad de espacio disponible. Olvida tener un sofá esquinero en el salón, aparadores para guardar la ropa de cama o 25 pares de zapato en el armario.