2020: El año más largo de nuestra vida... que por fin acaba!
Se acaba el año más largo de nuestra vida y es momento de hacer balance de este catastrófico 2020. O también podemos dejarlo, pasar de echar la vista atrás y simplemente quemar nuestra agenda 2020 en alguna hoguera. ¡Que arda en los infiernos!
Porque la verdad es que este 2020 nos ha dejado un sabor agridulce en la boca. Muchos planes estaban marcados para un año par tan redondito. No sé porque me parecía que ese número iba a hacer de este, un gran año. Mira que siempre cojo lotería movida por esa sensación de “número bonito” y nunca me toca nada. Aún no había perdido la esperanza, pero este año ha hecho que todas mis esperanzas hagan la maleta y se muden lejos...
Se han quedado muchas celebraciones familiares y con amigos pendientes de ser disfrutadas, muchos proyectos sin cumplir y con la sensación de estar en modo “improvisación” de manera constante.
¿Vendrás a comer? ¿Qué harás el fin de semana? ¿Está abierto el centro comercial? ¿Harás fiesta para celebrar tu cumpleaños? ¿Puedes ir al gimnasio? Un sinfín de preguntas que nos han ido asaltando de manera diaria y a las que ha habido que hacer frente de una manera muy pero que muy acelerada. No digo que el mundo entero pivote alrededor del gimnasio... madre de dios, ni mucho menos pero somos de los que necesitamos orden y concierto para ir por la vida porque si no las cosas se olvidan, los despistes se suceden y no hay manera humana de sacar las cosas adelante. No hace tanto de ese Marzo 2020 en el que todo cambió, aunque cueste creerlo. Este sin duda ha sido uno de los años más largos de nuestra vida.
Hay algo bueno que si nos ha regalado este catastrófico 2020: la reflexión. Lo digo en serio. Seguro que habéis olvidado quejas que antes eran súper importantes y que se habían convertido en verdaderas tragedias griegas…. y de repente ¡puff! evaporadas y sustituidas por horas de videollamadas con la familia, con los amigos y con todas las personas que te importan en la vida hablando de cosas de verdadero interés. Y no te hablo de la pandemia, eso duró un tiempo. Al principio las horas se ocupan con ese “temita” pero luego, ya cansados, hemos compartido más. Más charlas y más tiempo de valor.
La pandemia nos ha traído reflexión y por supuesto, ganas de ser mejores. Debe ser algo inherente al ser humano, esa capacidad de superación nacida de la necesidad. Cuando todo va bien, bajamos guardia, nos relajamos, vivimos en modo letargo pero cuando las cosas cambian y algo requiere nuestra máxima atención allí que estamos, con el instinto de supervivencia en su nivel máximo demostrando que somos capaces de lo mejor.
Puras máquinas de eficiencia.
¿Qué no? Hemos sido capaces de estar en nuestras bonitas casas durante semanas (y por cierto muchas de ellas reformadas, pintadas o decoradas aprovechando el parón), hemos protegido con nuestra conducta a todos los que nos rodean, sin importar si los conocemos o no, hemos salido a los balcones a aplaudir a aquellos que sirven de escudo para todos, hemos sabido adaptarnos a nuestra nueva normalidad con la certeza de que es cuestión de tiempo que hallemos una solución, mantenemos el optimismo a pesar de la fatiga que conlleva tanto tiempo metidos en esta situación y hemos trabajado en nosotros mismos, para prepararnos para las fiestas, comidas, viajes, salidas y planes improvisados que nos devuelvan el ritmo frenético a nuestras vidas.
Porque hay que estar preparado para cuando acabe el año más largo de nuestra vida y vuelvan las salidas cuando nos plazca con quien nos dé la gana.
Yo comenzaré por ver a todas esas personas que durante este año me han ayudado a hacer crecer CarlaKey. Porque a pesar de todo lo que hemos vivido, ha habido muchas personas que han iluminado el año.
Personas amables y divertidas que han hecho que CarlaKey haya seguido creciendo a pesar de la adversidad: Estefanía de AlmaLight, Rafael de Tunds o Raquel de Bover no sólo se merecen un café. Se merecen una de esas bonitas y preciosas cup cakes que veo en las cuentas de Instagram que engordan sólo con verlas. Qué más dá, después de este año de mierd* queda claro que la vida hay que celebrarla.
Personas cómo José de Fermob, Toni de la marca Pedrali siempre dispuestos, comprensibles y cercanos (que montar algo propio es muy guay pero no veas si da trabajo) o las nuevas amistades cómo Thijs de la nórdica Puik o Tisbe, representante de Design House Stockholm han sido tan agradables de descubrir como lo es, abrir la nevera y comerse un trocito de chocolate.
No sé porque me dá por hablar de comida sin parar, debe ser cosa del amarillo. Da hambre. Es el nuevo color Pantone 2021 por cierto. Lo que nos espera. Keyconsejo: Nunca pintes paredes amarillas. Ahora que pasamos mucho tiempo en casa peor todavía. Ni loca. Ya se nos va el color del mar, el de la calma, el del refugio, el Azul Classic Blue del que te he hablado ya y que nos ha acompañado durante este año y ahora llega “la combinación de amarillo y gris para inundarlo todo de un mensaje de positividad conbinada con fortaleza” según Pantone.
Falta nos hace.
Suerte que nuevas marcas han ayudado a mantener el ánimo. Marcas prestigiosas y conocidas por su estilo, elegancia y exquisitez cómo Lladró, Diphano o Seletti se han subido al barco CarlaKey. Se puede decir que estoy muy feliz, súper feliz de contar con marcas tan prestigiosas que suben el nivel, darling.
Y otras marcas frescas, juveniles y con ganas de demostrar su estilo que me hacen pensar en todo lo bueno que vendrá desde el mundo de la decoración para el 2021 y que nos ayudará a superar este bache, como Isist, Fatboy o Houe llenas de diseñadores noveles, ideas nuevas y muy concienciadas con los materiales, los procesos productivos y las exigencias que cómo consumidores tenemos. Me gustan las marcas con conciencia, claro que si!!
Y por supuesto os debo dar las gracias a vosotr@s también. Siempre ahí, siempre atentos. Menudo éxito tuvo el concurso que lanzamos con las silla Luxembourg… de verdad que estaba alucinada viendo vuestros comentarios y todo el apoyo… Y es que al fin y al cabo sois el motor de este proyecto y me encanta.
No se si he hecho balance del 2020, pero visto en perspectiva (y optimista cómo soy) me parece que algo bueno se puede sacar del año más largo de nuestra vida… que por fin acaba.