Grandes retos y bonitas historias de decoración

Los grandes retos te llevan muchas veces a conocer a esas personas bonitas que los quieren llevar a cabo. Eso es así. Hoy es cuento uno de los grandes retos y las bonitas historias de decoración que me han llevado a conocer a gente bonita. Hay ocasiones en las que entregar un proyecto te da ganas de celebrarlo por todo lo alto. Cuando trabajas durante mucho tiempo para ese proyecto que te enamora a ratos y luego te vuelve loca a partes iguales es casi imprescindible celebrarlo cuando acabas. Porque aunque creas que no llegará nunca esa fecha, un día así sin avisar, puedes ponerle la etiqueta de acabado en tu agenda y es cuando te sientes verdaderamente feliz.


Si eres como yo y te lo miras y remiras diez veces hasta darlo por finalizado, ponerle la guinda al pastel te lleva un poco más de tiempo. Supongo que algunos queremos más verificación. O que somos más tenaces - mis amigas me riñen cuando digo que lo mío es la cansinez extrema y me halagan con adjetivos como tenaz en lugar de pesada infernal. Ellas son un amor.


Otros proyectos por el contrario te enamoran tanto que no quieres que acaben. Creas un vínculo con él y con las personas bonitas que lo forman. Y participar en él te reconforta más que haber llegado al objetivo personal de estar apuntado - e ir dos veces por semana - al gym durante tres meses.


La cuestión es que yo me embarqué en uno de esos proyectos fascinantes con mi amiga Lucía y nos pusimos a crear diseños para decorar un hotel. Uno pequeño pero con carisma. Uno de esos hoteles que te hacen sentir como en casa y son capaces de ambientar un montón de recuerdos geniales para todos esos huéspedes que vienen y van con sus vidas y con sus maletas. De esos hoteles “boutique” que son en sí mismos un lugar de reclamo para la ciudad.


Después de un par de reuniones con los dueños del hotel - en un bar y con café caliente delante -  nos dimos cuenta que no buscaban algo corriente porque no eran una pareja corriente. Eran una pareja distinta buscando crear un ambiente distinto. Eran de esa gente distinta que hace las cosas a su manera y con su rollo personal marcado a fuego. De esas personas encantadoras con aires bohemios que perseguían crear espacios únicos y que solo un unicornio al vuelo podría robarles ese carisma que los hacía tan únicos.


Se conocieron en una isla española de una manera romántica que hizo que Lucía y yo nos derretimos cuando la escuchamos. Porque sí, somos mujeres fuertes, independientes y enormemente románticas a las que una buena historia les hace tilín en el corazón. Esas somos nosotras.


Ellos nos contaron la historia porque consideraban que reflejaba el ambiente que ahora pretendían crear aquí, en su nuevo hotel. Le parecía importante darle el ambiente de aquel lugar al nuevo hotel y claro, nosotras ante una historia bonita de miradas dulces y playas veraniegas le prestamos toda nuestra atención. Nos sentamos en los sillones estilo Eame del bar en el que habíamos quedado y entre las miradas divertidas al techo de Cameron - nuestro protagonista - al ver a su esposa contar ciertas partes de la historia descubrimos el porqué de las demandas que nos hacían para él diseño de habitaciones y lobby del hotel de la voz de su protagonista, Selyn.


Ella recibió una llamada en la que le hablaban de una casa desvencijada y viejisisisisma que una tía de su madre le había dejado en el momento de fallecer. Se montó en un avión y vino a visitarla. Enseguida notó la magia del lugar así que decidió quedarse una temporada y ver si era mejor venderla o rehabilitarla. Decidió hacer cambios, pintar paredes, hacerse con algunos muebles y poco a poco, gracias a los ingresos obtenidos de las reservas y los huéspedes que llenarán sus pequeñas habitaciones, restaurar la belleza de la antigua casa.


Me contaba entre risas que no sabía nada de muebles y le resultó toooooda una odisea encontrar los muebles adecuados.


Decoró el jardín con delicadas sillas del modelo Arc en Ciel de la marca Emu acompañadas de las mesas de la misma colección . Cosa que me pareció genial porque son bonitas y tienen una estructura ligera y fácil de llevar y traer de un lugar a otro, algo importante para un mueble de jardín. Además la marca Emu ha creado este diseño en una gran cantidad de colores por lo que el ambiente de su jardín se veía en las fotos que nos enseñó a Lucía y a mi super agradable y juvenil. 


KeyConsejo: Si tienes mucho espacio exterior o tienes un negocio similar puedes plantearte hacerte con estas magnificas sillas. Resistentes, bonitas y ligeras: que más se puede pedir para un mueble de jardín - bueno quizá flores pero eso ya es cosa tuya.


En las habitaciones no tenia mucho espacio por lo que decidió priorizar unas cómodas camas acompañadas de un buen armario y unas luces bonitas y dejar que el resto lo pusiera las magníficas vistas de la playa.


Decidió colocar las lámparas en suspensión Boo de Ducthbone en cada lado del cabezal para ahorrarse espacio de mesillas pero dar luz a sus huéspedes. Estas lámparas de suspensión tiene un soporte de lámpara en el techo y de él baja el cable con la pantalla de bambú trenzado, en color natural o negro, en marco de alambre de hierro. Cubierta de hierro negro.


Colocó un armario en cada habitación, el espectacular y precioso armario de Normandia de Crisal Decoración. Un armario digno de ser legado - como los buenos relojes - a esa persona que quieres que te recuerde para siempre. Un armario creado en madera de pino, con una forma elegante y sobria. Con ese estilo mediterráneo tan adecuado para el hotel que la señora Selyn estaba intentando ambientar. El armario es grande y espacioso y entre risas me contaba que odia los hoteles con armarios pequeños y que no iba ella a ir en contra de sí misma en esto.


Una silla acompañaba al resto del mobiliario. No había más y ella estaba segura que con eso seria capaz de atraer a los visitantes de lugares remotos - la actitud en estas cosas siempre es clave. Utilizó las sillas Scuola de Dutcbone, que tal y como intuyes por su nombre están creadas a partir de ese diseño de sillas escolares de nuestra infancia - aquellas sillas en las que se nos enganchaba siempre el pelo - pero claramente en una versión más renovada y chic. Estas sillas tienen una estructura sencilla, resistente y atemporal por lo que se convierten en una buena elección para el nuevo hotel. Podemos introducirla en nuestras creaciones para el nuevo hotel. Darle ese guiño al recuerdo del antiguo hotel de Selyn y Cameron.


Pues en este escenario apareció un día Cameron. En la puerta del hotel y con una pequeña - y carisisima maleta. Necesita desconectar durante unos días y salir de su ambiente laboral cargado de reuniones, comidas de negocios y vuelos por el mundo. La empresa de su familia crecía muy rápido y eso hacía que él apenas tuviera tiempo para él mismo. Claro, cuando llegó al hotel y vió que había lo justo y necesario se quedó un poco “catatónico”. Acostumbrado al exceso, el lujo y un ritmo de vida intenso, le pareció que se había cambiado de siglo al llegar a aquel hotel. Pero como ya podéis imaginar, cuando se sobrepuso de la sorpresa inicial comenzó a ver y ha disfrutar de la vida en calma que el lugar proporcionaba. Tanto le gustó y como dice el “le sanó” que ahora quiere ofrecer ese hogar a los visitantes de la ciudad en su nuevo hotel.


A mi la historia me encantó aunque reconozco que me pareció una valla muy alta. Quiero decir que de repente ya no se trata de decorar un hotelito pequeño y cuco. No, se trata de crear un ambiente que transmita sensaciones de hogar dentro de un espacio que ni siquiera es tu hogar y para un montón de personas distintas. ¿Os imagináis el reto que suponía para Lucía y para mi crear un nuevo hotel que fuera capaz de transmitir esas sensaciones?


Si duda salimos de la reunión completamente enamoradas de ellos, de su historia y con unas ganas infinitas de poder darles lo que buscaban al margen de horas y dolores de cabeza que vinieran por el camino. Decidimos trabajar por separado y buscar de esa forma crear espacios que no estuvieran condicionados por las ideas de la otra para más tarde unificar criterios.


Lucía y yo nos despedimos con la firme intención de crear las mejores ideas de toooooda nuestra vida asique decidimos irnos cada una por nuestro lado para trabajar.

Llegué a mi casa, colgué mi abrigo el el perchero Mirac de Pared de Mobles 114 que tengo en la entrada y me fuí directa a la mesa de trabajo de Finn de Dutchbone para ponerme a ello en ese mismo momento. Todavía tenía fresca en mi memoria la historia que había motivado todo esto y estaba segura de poder utilizarla de inspiración. 

La historia dió para más así que os seguiré contando... porque la vida es mas divertida cuando no hay nada que te pare.